jueves, 23 de junio de 2011

Se ruega al estimado público que no alimente al troll.

Hoy no cuelgo ningún titá, sino unas reflexiones sobre el mundo bloguero en general, y sobre los blogs dedicados a la casa, los niños, las manualidades y labores y a la decoración. Soy seguidora de una buena cantidad de ellos, la mayoría en inglés, algunos en español. Y me choca muchísimo encontrar comentarios (luego borrados por el propietario del blog, en casi todos los casos) del tipo:
  • Eres una persona superficial y egoísta que sólo piensa en la ropa que se pone/ que le pone a sus hijos.
  • Eres una maruja que no ve más allá de los productos de limpieza.
  • Haz algo con tu vida más útil que jugar a las casitas todo el día.
  • Debería darte vergüenza perder el tiempo con esas tonterías cuando hay niños muriendo de hambre en el mundo.
Y otras gilipolleces por el estilo. Por suerte, en la mayoría de los blogs nadie les hace caso o se les contesta, muy acertadamente: este es mi blog y yo escribo de lo que me sale del panderete. Que es lo que contestó mi amiga Inma, autora del blog De celeste y chocolate con mucho arte y mas, que os recomiendo a todos los que os guste la ropa de niño muy especial. Pero Inma no está únicamente pensando las 24 horas del día en la ropa de su niño, sino que además de ser una gran profesional, gracias a ella la asociación Aplama consigue llevar a cabo sus proyectos, escribe estupendamente y el día 28 de junio presenta su primer libro (y espero que vengan más).
Al otro lado del charco tenemos algunos blogs, como Tea Rose Home, cuya autora Sachiko tunea ropa y en general habla de ropa, labores y sus niños. Pero también ha promocionado algunas iniciativas solidarias, participando en una donación de quilts para enviar a Japón tras el terremoto. Estamos hablando de quilts, es decir, mantas acolchadas, hechas en su mayor parte a mano, cosidas tira a tira. Son trabajos realizados en los pocos ratos que tiene un ama de casa con varios niños, y en muchos casos han llevado meses de trabajo y de dejarse los ojos cortando, cosiendo... Empezaron a hacerlos para ellas o para su familia, pero en cuanto se les pidió ayuda no dudaron en ceder su trabajo de forma gratuíta. Algunos quilts se vendieron para obtener fondos para Japón, otros directamente se enviaron allí para la gente que lo había perdido todo. En el blog Simple Mom, Tsh no sólo nos habla de cómo simplificar tu vida y no tener más trastos de lo que realmente necesitas, sino que también nos cuenta un viaje que ha hecho hace poco a Filipinas, como miembro de una organización que ayuda a niños de barrios desfavorecidos a acceder a educación superior. 
Vamos, que la mayoría de las blogueras son no sólo amas de casa que están todo el día cosiendo trapitos, jugando a las cocinitas o limpiando, sino que la mayoría son personas que trabajan por su comunidad, que pierden horas de sueño para ayudar a otros ya sea participando en mercadillos solidarios, donando parte de sus creaciones, dando a conocer los blogs de otros creadores haciéndoles un sitio en el suyo... la mayoría de ellas, además, son extremadamente amables y si dejas un comentario en su blog se cuidan de visitar el tuyo para contestarte. Pero para cinco minutos que tienen libres para relajarse en casa con una taza de te, delante del ordenador y con los niños (¡por fin!) ya acostados, normalmente hablan de las cosas que más les gustan y les relajan: su ropa, la de sus niños, la mesa que están lijando, las cortinas nuevas que van a colgar o los siseñores con las patas verdes. Al que no le guste, que no visite esos blogs. Entras, los lees, y al que no le interesen, puerta. Tampoco contestéis nunca a estos trolls, aunque penséis que estáis apoyando a la autora del blog, porque es avivar innecesariamente la discusión y animar al troll a seguir poniendo burradas en los comentarios del blog. A ellas, desde luego, no les interesan ni les hacen falta los comentarios hirientes o despreciativos. Y además, no los merecen.

1 comentario:

  1. Ay!!! Loreto muchas gracias, me has hecho llorar. El martes nos vemos en lo del libro. Un beso muy fuerte. Inma.

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